
Iluminación para las áreas de estudio o trabajo en el hogar
Category : Alojamiento
Es importante utilizar bien la iluminación en las zonas del hogar que disponemos para estudiar, en la oficina o en nuestro despacho en casa si trabajamos desde allí.
Una persona que tiene una jornada laboral más amplia que la mayoría de los demás, con más de un puesto de trabajo y actividades extras que no llegan a casa si no a últimas horas. En estas largas y distintas jornadas fluctúa mucho la intensidad de la luz que necesita.
Regular los niveles de luz a los que se expone una persona en los diferentes espacios repercutirá en su capacidad y vitalidad para rendir y afrontar el día a día del inicio al final.
¿Iluminas bien tu oficina en el hogar?
La iluminación deficiente es la norma en los lugares de trabajo. Un hábito que viene con nosotros desde el hogar. No tenemos los conocimientos ni prestamos la atención suficiente a la importancia de la luz en nuestras vidas, alumbrado es a lo que reducimos la iluminación, pasamos por alto toda los tipos de influencias que tiene sobre nosotros a nivel físico y mental.
En sitios donde por localización geográfica se tiene poca luz natural, como es el caso de los londinenses, las personas se habitúan a la poca iluminación en áreas de trabajo y estudio en las horas día.
Las personas no cuentan con los conocimientos técnicos para identificar y exigir la correcta iluminación para la oficina o en los centros de estudios.
El ojo y el cerebro necesitan una variación de luz para poder relajarse y concentrarse en la tarea que se está realizando.
Tanto los centros como las empresas son las que deberían de estimar y proporcionar las condiciones propicias al menos las necesarias en cuanto a seguridad laboral y la salud de sus miembros y si son competitivos cuidar de los mismos para promover aspectos como la calidad, el rendimiento etc.
Así mismo evitar bajas y malos rendimientos por dolores de cabeza, fatiga y la dificultad para concentrarse, problemas que pueden provenir de una iluminación deficiente.
Consejos para una correcta iluminación en la oficina de la casa o en el trabajo.
Orientación: No debe deslumbrar. La orientación de la luz debe ir allí solo donde se necesita, por ejemplo en el papel, y no en la pantalla del ordenador, y luego la luz debe tener una calidad tan alta que pueda restaurar los colores que se iluminan y se muestran.
Contraste: Crea contraste entre el texto y el fondo blanco en lugar de difuminarlo. Finalmente, es importante que pueda ajustar la luz durante el día.
Normalmente no se piensa en la iluminación de la oficina dentro del hogar, nos fijamos en la iluminación solo cuando ya casi no podemos ver de lo oscuro que está el espacio donde nos encontramos.
Especialmente en el hogar, ya sea en la oficina del hogar o en la esquina de un sofá, recomendamos cuidar la luz, atenuar o subir, según sea necesario. Es importante tener en cuenta la temperatura del color.
La mayor parte de la luz de la iluminación LED está en el número de luces kelvin, que es la temperatura que tiene. En una casa, debe ser de aproximadamente 2,700 kelvin.
CRI
La calidad del rendimiento del color se indica en el llamado valor Ra: cuanto mayor sea el valor Ra, mejor será el rendimiento del color.
Una bombilla incandescente ordinaria, ahora eliminada por una prohibición de la UE, tiene un valor de Ra de 99, mientras que una bombilla LED con un valor de Ra por encima de 80 según los expertos proporciona una buena reproducción cromática.
Para medir la temperatura de los colores se usan los grados kelvin en una escala de 0 a 11,000K.
Si desea que la luz se encuentre en la parte amarilla-roja de la escala de color, debe elegir una temperatura de color más baja, mientras que un valor alto de Kelvin indica que la luz está inclinada hacia los colores azul-blanco y más fríos.
No pensamos en si es deficiente, ni en la calidez, ni en temperatura de color. Con que ya no esté oscuro creemos que nos sirve, y puede ser que en ocasiones si, ejemplo para entrar a una habitación de noche o cerrada enciendes la luz, haces algo breve y sales.
Pero cuando se trata de pasar horas frente a una pantalla, o mesa de dibujo, cualquier función que requiera una buena iluminación, es distinto se requiere de mejores condiciones de luz.
La falta de luz es un condicionante para nuestro estado de ánimo y en definitiva para nuestro rendimiento. Bajo rendimiento que se traduce en improductividad tanto en el estudio como en el trabajo.
Con una iluminación adecuada la calidad de la atención aumenta o se mantiene, sin luz suficiente, se reducen los niveles de energía y productividad.
¿Cómo nos afecta la iluminación?
En el estado de ánimo y los niveles de energía.
Hay varias razones por las que la luz contribuye a nuestra productividad.
En primer lugar, aspectos puramente físicos: la glándula pineal del cerebro forma la sustancia melatonina que nos provoca sueño por la noche, pero cuando la retina de los ojos detecta luz, la producción de la sustancia se ralentiza y nos volvemos despiertos.
La luz también afecta la formación del neurotransmisor serotonina que tiene que ver con nuestro estado de ánimo.
Cuanta más luz hay, más serotonina se produce, mejor el estado de ánimo que experimentamos. Además que dependemos de la luz para producir vitamina D. Si no tenemos suficiente vitamina D, afecta el sistema inmunológico, el estado de ánimo y la energía diaria.
La iluminación nos afecta de maneras distintas, pero en general afecta al estado de ánimo y bienestar.
Lo más recomendable es caminar durante el día y aprovechar las horas de luz natural ya que esta es mucho más consistente que la artificial.
Pero sabemos que no todos cuentan con las mismas condiciones ni horas de luz disponibles, que además pasamos hasta un 90% de nuestro tiempo activo y no activo en espacios interiores.
Siendo así la luz artificial la opción que tenemos a la mano para suplir esa necesidad de luz, que aunque de una gran relevancia la mayoría de las veces, ponemos algo que alumbre y nos vale.
Para concluir definitivamente la cantidad suficiente de luz te permitirá rendir más y agotarse menos durante la jornada, la luz activa nuestro reloj biológico y nos dispone instintivamente para movernos, nos despierta, sirve de guía y nos permite contemplar nuestro ángulo de realidad.